Caducidad
Mi esternón es un incendio de silencios y
pájaros.
Lo habitan insultos como piedras.
Quise tirártelas al pecho,
exiliarte del otoño, que te fueras de mí,
Y no. Todavía me cuelga en la clavícula
tu nombre atípico
como veneno
triste
y rancio.
© Marina Cavalletti
Muy interesante poema muy original en su lenguaje
ResponderEliminarme encantó la fuerza y la rotundez. susana zazzetti
ResponderEliminarAy! El dolor del amor!
ResponderEliminarDesapego. Para aprender
ResponderEliminarMuy buen poema que golpea con fuerza.
ResponderEliminarUn abrazo Ana Romano.