si miro del otro lado
del mundo
los veo papá y mamá
caminan como si no supieran
como si no importara
estar muertos
leves
recorren un sendero
veo las flores
huelo su perfume
ustedes siguen
no parece importarles
el perro blanco
el pajarito que se posó en tu brazo papá
el puente allá adelante
el agua a los costados y el sol
que refleja tu rostro mamá como si nadaras
se mueven del otro lado
queridos padres
y yo sigo el camino de las huérfanas
los miro sin entender
dónde están
en cuál espacio si los veo
y se pierden
en cuál tiempo si no es hoy
¿será posible
que los vea ayer?
¿será posible
que estén ahí
llevados por ese viento suave
sin verme
ahora?
o me ven
y si es así
por qué no dicen algo
por qué tan vivos caminando
en esa muerte blanca
© Celina Feuerstein
Hermoso poema, Celina. Conmueve tu interrogar a los queridos muertos para entender esa "muerte blanca", imaginar su mundo.
ResponderEliminarVerónica M. Capellino
Gracias! Abrazo 🙂
ResponderEliminarMe gustó mucho tu poema. Reclamo poético de una niña-mujer, que aún carga la orfandad como una angustia duradera. Gracias. Un beso. Adriana Dirbi Maggio
ResponderEliminarBelleza y triste impavidez desde ese otro lado. Celina, un abrazo Isabel Llorca Bosco
ResponderEliminarTriste y bello.
ResponderEliminarAbrazo
Claudia
Belleza absoluta querida Celina! Abrazos!
ResponderEliminarEllos estae y ven...desde nuestra evocación. Pero las dudas, son justificadas. Bello.
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