LA MADRUGADA INVISIBLE
Madrugada
Una ciudad
La calle y sus ruidos
Luces que incandilan
un sueño acotado
Veredas rotas
veredas sucias
Allí
siguiendo
la línea recta del cordón
Una paloma
Una paloma y su andar truncó
Una paloma de alas deshilachadas
Paloma de ala rota
Una paloma sí
y su pequeña sombra
Sombra buscando donde quedarse
Herida ella
Dolida ella
Inconciente ella
Desestima el ruido
desestima las luces
desestima la veredas rotas sucias
empobrecidas
y una ciudad
en una madrugada
donde la gente
y su humor de mierda
desestima la pequeña sombra
de una paloma
de andar trunco
de ala rota
Que busca
un lugar
un sólo lugar
y allí quedarse
allí quedarse
allí quedarse...
Allí.
© Santiago Morinigo
Muy lindo, Santi. Un poema en que el lector necesariamente se identifica con la paloma despreciada y sublima el dolor que le produce la indiferencia ajena. Muy bueno. Beso grande. Adriana Dirbi Maggio
ResponderEliminarMuy bien lograda la fuerza de la trasposición, gracias,
ResponderEliminarSilvina Vuckovic