He nacido en los confines de un imperio
inasible
rodeado por líneas imaginarias y huidizas.
Desde niño quise conocer el corazón de la
comarca,
acudir a su norte que era también su
centro.
Después de muchos años de soñar con caminos
me resigno a saber que no he partido.
Esta mañana un hombre enfrente mío conversa
con los pájaros.
Les instruye la forma de llegar al palacio
de jade.
Yo lo escucho pensando en el norte,
en el centro,
en mi viejo deseo.
Pero ya estoy cansado y los días me pesan.
He de conformarme con aprender ese idioma
de aves
Y, ya solo, en mi cuarto, planear sobre las
sábanas.
© Gabriel Chávez
Casazola
Hola Gabriel: ese "imperio inasible", esas "líneas imaginarias y huidizas", ese deseo incumplido("desde niño quise conocer el corazón de la comarca") son el retrato de las limitaciones a las que nos somete el sistema e internalizamos, hasta el punto de no entender cuáles son los límites internos y externos. Admirable este poema. Lo disfruté mucho
ResponderEliminarIrene Marks
Buen poema, con un aire mítico y algo de pesimismo tanguero... tal vez valga la pena quedarse en cama planeando sobre las sábanas...
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