“Creo que empiezo a darme cuenta del
placer propio de los bosques de pinos”
Francis
Ponge
Llueve muy manso ha llovido.
Bajo el pinar van creciendo hongos
blancos se muestran felices
anacoretas fatuos
con redondos penachos
sólo un pie los sostiene.
Algo velado los irá cubriendo
de mortífera herrumbre.
No saben que la constante humedad
es motivo de su existencia
tan frágil ante el más mínimo roce.
Entre las agujas secas del pino
la rutina de la naturaleza
inexorable rotación de rueda
expande naranja una fronda
natural tapiz para ese hongo
espontáneo curioso.
Entre el bálsamo y la pausa
con perfume discreto
todo lleva a la contemplación
y posiblemente a la luz
don de un dios presencia inefable
que a gusto deambula entre los pinos.
© Michou Pourtalé
bellísimo, original. me encanta. susana zazzetti.
ResponderEliminarEs hermoso tu poema, querida Michou, tan en equilibrio, me encanta.
ResponderEliminarclelia
Hermosa descripción, un clima que transporta a todos los sentidos.
ResponderEliminar
ResponderEliminarUn poema leve, susurrado, con perfumes ocultos y bellísimo.
Abrazo grande.
Alicia Márquez
Ay bellísimo poema. Los ciclos de la vida, la contemplación no como pasiva descripción sino como profunda lectura. Felicitaciones
ResponderEliminarHermoso clima. Hermoso ñoems
ResponderEliminarEncantada de leerte. Felicitaciones.
ResponderEliminar