DERIVA
Creer en la deriva, falsa lasitud
apostamos al azar
a la marea
callamos lo sabido de antemano
confiando que el rumbo sea el deseado
que coincida
que se
desate el viento este
que la rosa
de los vientos
tenga el norte.
El deseo sopla suave, con los labios
apretados
finge ser viento
y fingimos creerle a la deriva
de reojo
controlamos los timones.
Los cardúmenes nocturnos
empujan la barca
nos eligen
y tememos más al azar que a la noche.
El azar está allí
nos antecede
con sus dones.
Nunca es tarde siempre es pronto
el deseo arde en su capilla
acomodamos el
aceite
juntamos las manos contra la más leve brisa
el azar
lo enciende.
© Mariel Monente
ResponderEliminarEl azar es el que nos dice que no deberíamos programar absolutamente nada, porque él decide.
Bellísimo poema, Mariel.
Abrazo grande,
Alicia Márquez
Siempre a la deriva no se llega a buen puerto. A veces debemos tomar el timón. Muy Bueno!
ResponderEliminarUn abrazo Graciela Barbero
Gracias 😘
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