Ahí van, las gordas
corren su sistemática maratón de verano
las miro por el vidrio mientras la cerveza
apaga la sed del fracaso
yo también debería correr
levantar un pie hacia la sudorosa fe
estival
pero
Ellas caminan a la par del señuelo que
persiguen
un mantra poderoso las anima
la silueta, el colesterol
la conquista de Marte o el fútil
aroma del celo
Lleno el vaso, recuerdo el último gesto
atlético que tuve
todo lo que quise degeneró en árbol enfermo
corrí los perros, la liebre
el hilo de un globo que se escapó
con viento en contra corrí, a favor
también, a veces, llegué
Hubo una bandera en la puerta
donde la gorda secaba su frente
y comía manzana
pero una superior existencia del hambre
la huella solar de una estrella muerta
vivía para la ansiedad de la falta
Como un hámster anduve, el rulo
del destino
también era verano y alcancé
las puertas de lo aborrecible
una ruda moría su suerte
y las gordas girábamos en el parque
la calesita del infierno
Vuelvo a dejar el vaso
vacío, sobre la mesa
adiós muchachas, saluden
a la que fui
aquí ya no hay nadie
© María Leticia Ressia
Espléndido y brutal, gracias Lety, un abrazo. marta comelli
ResponderEliminarMe encanta leerte, Leticia. Te admiro profundamente.
ResponderEliminarClaudia
Fantástico. La realidad hecha poesía te quita la respiración. Una gorda te saluda. Ja. Griselda Rulfo
ResponderEliminarTremendo. La lucha interna hecha poesía.
ResponderEliminarUn abrazo
Graciela Barbero
Gracias a todos por su lectura amorosa!
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