ISLAS
ELEGÍACAS
Nunca
lloramos lo suficiente al que se va.
No
celebramos debidamente a los que llegan.
Entre
aquella insatisfacción y esta angustia
la culpa es
tener un yo.
(el
lenguaje exige el plural que los hombres añoran).
Hace
milenios, Zeus fue enterrado en Creta.
Cada
mañana, Venus renace en Chipre.
El poder es
la demencia que inaugura lo patético
(y la
pasión es la única forma venerable de la fe).
Al final,
Todas las
guerras se pierden y no hay amor que se olvide.
Es tan
simple como eso.
(aunque
aprenderlo nos lleve siglos, resurrecciones, vidas).
© Osvaldo Burgos
Excelente, me encantó!!! Gracias, Osvaldo!!
ResponderEliminarSos un poeta increíble, cada verso lleva una sentencia inapelable "todas las guerras se pierden, ningún amor se olvida".
ResponderEliminarGracias, amigas!! Un cariño grande a cada una.
ResponderEliminarComencemos a no resignar. ¿es posible?
ResponderEliminarReflexión y belleza lo es en tus textos!
ResponderEliminarTu poema es de una certeza exacta. Y es así. La pasión, el amor y las guerras que siempre se pierden.
Un abrazo,
Alicia Márquez
Gracias! Me alegra mucho que les haya gustado. Abrazos del alma
ResponderEliminarSiempre lo justo, lo necesario. Sos un pensante amigo mío, un intelectual humano y humilde, pero culto e inteligente.Gracias por tu pensar y por ser!!
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