Ruego por
el tornado
Que no
regrese, que no relinche
contra la
ventana como un caballo
y a su paso
se lleva los muebles, abrigos de lana,
ollas, el
televisor... Sobre todo que deje en paz
al techo:
cada chapa fijada con clavos
a los
tirantes, no las arranque como a barajas de cartón.
No se
pavonee en torno a mi lámpara
y lo
confunda todo con esa voracidad omnívora,
sin
restricciones. Que yo no piense: En el fondo,
en el
centro de su pecho, se esconde un sitio calmo
para
nosotros. Que yo no encuentre cierta belleza
o música en
esa órbita destructiva. No finalmente,
molido a
palos, recaiga sin consuelo en el odio
o torne a
la guardia que forjó un niño tímido.
© Osvaldo Bossi
hermosísima construcción, adhiero a cada palabra, a su miedo, su ruego, su belleza. susana zazzetti.
ResponderEliminarvuelvo a leer. me encanta, también la imagen de los caballos, tan apropiada. susana zazzetti.
ResponderEliminarEse grito por la paz tan necesaria. Gran poema.
ResponderEliminarMe gustó este poemaa con fuerzaa y lirismo.
ResponderEliminarBello! Hondo lirismo, a flor de un poema inte.so, humano.
ResponderEliminarVerónica Capellino
El miedo ancestral a la naturaleza en un bello poema: gracias. Abrazo, Inés Legarreta.
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