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3/9/18

Poema de Alicia Márquez







Mamá me agarraba de la mano
y me decía: vamos al cine.
Y ahí íbamos, ella y yo haciendo
de salvavidas. Allí íbamos, todos los días,
toda la semana.
Y las dos nos metíamos adentro
de la pantalla, exactamente al revés
de la Rosa Púrpura.
Nos pasábamos la tarde riendo o padeciendo,
y cuando volvíamos yo bailaba como Gene Kelly
o lloraba como Susan Hayward, que sufría tanto,
siempre mirándome al espejo.
Admiré secretamente a Ruth Roman, con su cara
de mujer entendida, su boca amarga, sus ojos
implacables y sus escotes de hombros descubiertos.
Hubiera querido ser como ella: mala, vengativa y
devora hombres.
No me salió.
A lo sumo, devoré medialunas.

© Alicia Márquez

10 comentarios:

  1. así: bellísimo, diferente. susana zazzetti

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  2. Muy bueno, con un toque de humor para entibiar la nostalgia. ¿Quién no quiso ser como esas bellísimas mujeres fatales, a las que no había hombre que se les resistiera? Pero, la mayoría se quedó devorando medialunas. Un beso. Adriana Maggio (Dirbi)

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  3. Alicia, tan cierto, soñábamos, imitábamos pero no nos salió. Me vi en tu poema.
    Abrazo
    Elisabet

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  4. Poema que brilla por su originalidad.Me gustó.
    Saludos
    Anahí Duzevich Bezoz

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  5. Siempre impecable. La idea, el instante y hasta el poema. Mi cariño!!

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