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10/8/18

Poema de Norberto Barleand





Caricias del sol

Cabalgando madrugadas sin estribos,
      con un duende partido en cada mano,
      con un ángel despierto en la mirada

Impávidos gorjeos erizan
la tapizada serpentina de los años.

Colgado en las ojeras:
             un capitán de puertos
             un payador de alondras y teoremas 

Sobreviven banderas inconclusas
la soledad del mundo ,
     el sumergido espacio de las flores.

Pedregales del camino,
profecías
los pómulos del canto y el ultraje. 

Aun sostengo palomas en mi pecho,
un dolor de aullido que no cede
en la búsqueda del sol
                      y sus caricias.


© Norberto Barleand

6 comentarios:

  1. Beatriz Minichillo14 de agosto de 2018, 11:18

    "Aun sostengo palomas en mi pecho".Bella imagen y bello poema

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  2. Un duende en cada mano, en la mirada un ángel, enhebran palabras y esperan la caricia del sol. Bravo, querido poeta. Un abrazo.
    Olga Ferrari

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  3. NorberTO. Tu poema es un racontto lírico desde este hoy, tu hoy y el de tantos. Hermoso. Abrazo de luz.
    Cecilia Glanzmannn

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  4. Un placer leer tu poema y además sostener palomas en el pecho, una imagen que sorprende.
    Un abrazo Ana Romano.

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  5. Hermoso, Norberto! Celebro cada una de las palomas de tu pecho. Abrazo

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