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Poema de Diego Bennett





Sinfonía de los pasillos

Se toma un whisky una nube
un pasillo
un ritmo que invita a escuchar el frío que se queda atrapado ahi afuera
Frío seco sordo
mudo Llanquihue
Porque la música envuelve el pasillo
pincha mi oreja y me lleva.
-A mi no me vengan con sonetos solitarios.
Llevame a la 319
Me atrapa un chelo con acento de antioquia que boceta tonos medios.
Justo enfrente desde la 321 llora un violín limeño
cansado del frío a pesar de su adentro
Respira hondo la mexicana de cabello cobrizo que le toca el lóbulo de la oreja al parcero, luego al guey, luego al viento
Viento de nube
sonidos que trafican los rincones de este hotel y ocupan todo el pasillo
el marco de la puerta
la de la 318, 319 que huele a La Paz, 320 Nueva York
y el piso de abajo a cordillera
el de arriba
mirador que abanica algún aire de esa misma música.
Más de cien instrumentos rugen cada rincón
leones mansos
lluvia que acepta pagar su peaje
mientras la nieve espera en el volcán.

© Diego Bennett

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