[Si me
coloco al borde de mí mismo]
Si me
coloco al borde de mí mismo,
puedo rozar
el perfil del aire,
mordisquearlo,
su solidez
de piedra aminorada.
Puedo
notarlo, igual que noto
mis
desvelos, cerilla, flor de papel enaltecido.
Objetos
para la luz siempre precisa,
la
exactitud es otro modo de dolor.
¡Oh reducidas estancias cotidianas!
© María Ángeles Pérez López
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