En su trémulo quejido
el hoy desarma los espejos,
la única reseña,
sombra en mí la dicha
exhala un ángel de voz cansada,
el cielo es la certeza
entre el abismo y las llamas,
escribir o morir me digo
y en el estruendo de la carne,
el alma es el verso
que dejo ir.
© Andrés Lazcano García
hermoso poema con el alma del poeta como ángel
ResponderEliminarde la palabra escrita.
Saludos
Anahí Duzevich Bezoz
Escribir...Es vivir... Dale!
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