Hermosa
Beach-Los Angeles
Sobre la
Avenida Aviación cada tanto una bocina. En el silencioso andar de los vehículos
sólo un ligero rumor.
Me asomo.
El Pacífico atraviesa a lo largo mi mirada.
Me atrae y
atrapa como un enamorado.
Es azul y
cae sobre la playa abandonando su espuma de utopía cansada.
Cierro los
ojos, estiro la mano y subo decidida a mi bote de sueños.
Desde la
ventana del hotel me miro, me hago señas, me digo que no arriegue navegando un
mar tan impredecible.
Pero mi
bote es rebelde. Tiene una larga historia de luchas . Está hecho de los sueños
de toda la vida .
Me digo
adiós y respiro feliz el aroma del mar.
© Martha
Goldín
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