Poema de Silvia Rodríguez Ares

Lectura

Buscaba un libro,

apareció tu carta.

Las chicas, nueva etapa,

algunas novedades,

muchos viajes, a ver qué te parece,

te sugiero, no quiero molestar.

El ruido es permanente,

Ciro ladra porque no perdona.

Mi madre va contenta,

por fin, por fin se fue.

Rompí la carta,

me compré un helado

y una valija gris

metalizada.

Es casi como estaba escrito.

El corazón se ajusta los anteojos

y se pone en modo espera.

Entonces leo:

uno de estos días nos tenemos que juntar

en las cumbres de Mendoza.

Mi madre ya se duerme,

el perro está cansado,

todos los veranos vuelvo a ser tu novia.

Enciendo el velador

y busco un libro,

alguna historia

de amor o de aventuras.

Cualquier ficción,

lo mismo da.

© Silvia Rodríguez Ares