Changuito Lustrador
Yo andaba recorriendo
la dulce intimidad
de la siesta tucumana.
¿se lustra?Disparaste,
con la inocencia fresca
de tu pupila invicta.
Una triste muchedumbre
me desbordó a mansalva,
detrás de tu sonrisa,
como un clavel marchito,
tu cara de pomada,
es un negro horizonte.
Changuito, nene, gurí, pibe;
son los nombres del dolor,
que nos muerde al nombrarte.
Son las treinta monedas,
de la estafa mortal,
a mi país descalzo.
Rescatandosenderos,
con tu oscura inocencia
de cepillo y pomada,
te alejaste en
bandada,
como un mar de puñales
que desangró la calle.
© Rubén Amaya
Una belleza que duele!
ResponderEliminarCasi se ve la escena, se siente la vida...
ResponderEliminarEl vocabulario es tierno y sincero, poema para leer, releer y aplaudir no obstante el tema y la tristeza.
Un abrazo
Betty Badaui