Poema de Marta Comelli
LOS AJENOS
Cercano a las cruces blancas
detiene el paso.
Débil su figura
enfrenta con silencio de infante
todo el espacio de esas cruces
que van y van en
armónicas hileras
hasta donde no alcanza la mirada.
Se arrodilla,
baja lento su pequeña cabeza. Es la hora.
Reza.
Su plegaria silenciosa lo acerca al padre,
lo aleja del fuego,
de las miserias escabrosas de esta guerra infinita, que no
entiende.
Tiene sólo doce años. Y es Alepo. Y es Guta.
El camino es blanco,
ningún ojo rojo puede descifrarlo.
© Marta Comelli
7 comentarios:
conmovedor. duelen tantas cruces como si fueran la primera. ¡ y esa edad!! abrazos. susana zazzetti.
Buen poema, Marta Comelli.
R.
www.revagliatti.com
La muerte siempre genera desamparo. A toda edad.
Ya lo sabés, leerte es un placer, escucharte cada tanto un placer y este estar en cualquier dolor del mundo.
Besos amiga.
Lily Chavez
Muy con_ movedor y bello Abrazos
La guerra, el desamparo de los niños y ese camino de cruces que conducen a la oración es una realidad dicha de una forma que llega hondo.
Un abrazo.
Betty Badaui
Tremendo, Marta. Conmovedor.
Gracias.
Un abrazo!
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