QUIENES SOMOS
Fuimos con mi madre al monte
a buscar tomillo, para
perfumar el mate.
La tierra nos concede
hierbas olorosas.
Un té de poleo para reconciliarse con la vida
en la mañana.
Y en la casa
en la penumbra fresca de las tapias
crece la yerbabuena y la menta para alegrar la tarde.
Es la tierra, que hechizada en el verde de las hierbas
vuelve a nosotras
y en su sabor amargo, en su
perfume
nos
recuerda quiénes somos.
© Leonor Mauvecin
Este poema tiene un exquisito aroma a mate con hierbas, a pura naturaleza.
ResponderEliminarUn abrazo
Betty Badaui
Me encanto este poema con la sencillez de las hierbas y perfume a amor,
ResponderEliminarSilvia Loustau
Leonor; cómo uno se puede reconocer en lo cotidiano. Gracias por compartir tu poema!
ResponderEliminarTere Vaccaro.