Páginas

7/3/18

Poema de Celina Feuerstein


  

y el cuerpo cuando se pierde el amor
¿es el mismo cuerpo?
el cuerpo que amado despertaba vivo
florecido como un árbol
de corazón de hígado de vísceras
colgando como flores
y los músculos que hacían run run
como si un motor los pusiera en marcha
las piernas esbeltas los brazos firmes
dispuestos a correr la vida y atrapar el aire
ese cuerpo después
¿es el mismo?

no es aquel cuerpo no
es otro
se afloja la carne y ya no se tensa
el músculo
en éste no se siente
dónde está el hígado dónde el corazón
como una masa informe
late despacio
se seca la piel y cae como polvo blanco
arena del desierto
los frutos
las hojitas
caen
se pudren
se oxidan


© Celina Feuerstein

11 comentarios:

  1. muy buen poema, celina, muchas certezas. susana zazzetti.

    ResponderEliminar
  2. Certezas del cuerpo.. gracias Susana!!

    ResponderEliminar
  3. Lo confuso, después de las certezas... Muy buen poema, Celina, abrazo!!!

    ResponderEliminar
  4. Y sí, Celina, el cuerpo, el tiempo, el amor...Abrazo, Inés Legarreta.

    ResponderEliminar
  5. Escucho ese run run y luego el motor desafinado y conocido.
    Un placer leerte!

    abrazo

    claudia

    ResponderEliminar
  6. Ya el comienzo me atrapó y en el recorrido total no decae, sigue atrapando; no es fácil lograrlo.
    Un abrazo
    Betty Badaui

    ResponderEliminar
  7. No Celina, no es el mismo, se quedó atrás, en otro tiempo de vitalidad y ansías de vivir. El que queda es otro.

    Un abrazo.

    Carmen Amato

    ResponderEliminar


  8. El cuerpo se declara en tristeza, de repente. Y tu poema lo rescata.
    Gracias.

    Un abazo,

    Alicia Márquez

    ResponderEliminar
  9. Bravo, Celina! El cuerpo se separa del sujeto
    como si no tuviera vida, se arrastra, se deteriora. Pienso que cuando volvemos a amar y ser amados el cuerpo se recupera. Un beso Isabel Llorca Bosco

    ResponderEliminar