y el cuerpo cuando se pierde el amor
¿es el mismo cuerpo?
el cuerpo que amado despertaba vivo
florecido como un árbol
de corazón de hígado de vísceras
colgando como flores
y los músculos que hacían run run
como si un motor los pusiera en marcha
las piernas esbeltas los brazos firmes
dispuestos a correr la vida y atrapar el aire
ese cuerpo después
¿es el mismo?
no es aquel cuerpo no
es otro
se afloja la carne y ya no se tensa
el músculo
en éste no se siente
dónde está el hígado dónde el corazón
como una masa informe
late despacio
se seca la piel y cae como polvo blanco
arena del desierto
los frutos
las hojitas
caen
se pudren
se oxidan
© Celina Feuerstein
muy buen poema, celina, muchas certezas. susana zazzetti.
ResponderEliminarCertezas del cuerpo.. gracias Susana!!
ResponderEliminarLo confuso, después de las certezas... Muy buen poema, Celina, abrazo!!!
ResponderEliminarGracias Noemí, abrazo!
ResponderEliminarY sí, Celina, el cuerpo, el tiempo, el amor...Abrazo, Inés Legarreta.
ResponderEliminarEscucho ese run run y luego el motor desafinado y conocido.
ResponderEliminarUn placer leerte!
abrazo
claudia
Ya el comienzo me atrapó y en el recorrido total no decae, sigue atrapando; no es fácil lograrlo.
ResponderEliminarUn abrazo
Betty Badaui
No Celina, no es el mismo, se quedó atrás, en otro tiempo de vitalidad y ansías de vivir. El que queda es otro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Carmen Amato
ResponderEliminarEl cuerpo se declara en tristeza, de repente. Y tu poema lo rescata.
Gracias.
Un abazo,
Alicia Márquez
Bravo, Celina! El cuerpo se separa del sujeto
ResponderEliminarcomo si no tuviera vida, se arrastra, se deteriora. Pienso que cuando volvemos a amar y ser amados el cuerpo se recupera. Un beso Isabel Llorca Bosco
Maravilloso!!!!!
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