Poema de Osiris Mosquea
Tras el cristal
Detrás del cristal, todo se diluye, antagoniza y se hace
sombra: el parpadeo de los faroles en las calles, la lluvia que cae, la marca
de un transeúnte arrojada sobre el asfalto, los quietísimos momentos añiles y
casi nulos de unos ojos tras la ventana. Todo lo engullen las alcantarillas al
caer la lluvia, hasta la caricia niña que navega en algún cuerpo sembrando una
semilla.
Una neblina gris me asedia
detrás del cristal de la ventana
Un acre olor flota en los rincones de la casa
La piel de la cebolla
extrae su lengua y lame las paredes
que esconden malversadas palabras
las dichas, las no dichas
las horas derrotadas en el círculo de la alfombra
Un chubasco golpea en la esquina
el rancio escote de la calle
La luz se inclina sobre la oscura visión de un transeúnte
que remoja sus lágrimas con la lluvia
como si fueran las últimas
El reloj continúa dando las horas
sin importarle el chubasco,
la mirada indiscreta de la lámpara
o las transitadas calles de New York
Las alcantarillas engullen
los secretos de la noche
todo lo que abrazan en su vientre bajo la lluvia
y con fugaz resentimiento
el ojo del farol me espía.
© Osiris Mosquea
2 comentarios:
Osiris...me gusta la estructura que trabajás y las sutilezas que insinúan,
abrazo desde Rosario.
susana rozas
EXTRAORDINARIO POEMA QUE EXPLORA 'LO LLUVIA' CON GRAN RIGUROSIDAD, apelando a lo sensible, las alcantarillas que engullen la lluvia, curiosamente el efecto general es de encierro, salvo la prescindencia de los objetos, algunos objetos, que permanecen indiferentes frente al dominio múltiple y heterogéneo de la luvia.
tengo dos poemas, publicados, con un enfoque muy semejante.
Me encantó.
Clelia Bercovich
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