Atravesó el otoño
con un lucero sujeto a la memoria
y un cascabel lesionando el silencio.
Descendió sobre el invierno
sonriendo a la nostalgia
y amarró los huesos al tallo del crisantemo
Esperó paciente que septiembre
ungiera de verde su desorden.
El aguacero fue la señal
para desdibujarse en el laberinto.
Ya nadie detendrá el vuelo
del hombre que eligió ser pájaro
sobre el tejado de un loquero
© Cristina Gauta
¡ qué bello poema, cristina, con su doloroso mensaje!! admirable! susana zazzetti.
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