Poema de Lidia Vinciguerra
Digo Dios
y me ciega la inocencia.
El imán de los clavos.
La sangre. Las espinas.
Y a todo lo que llaman Judas.
Digo Judas.
Me tapo los ojos para cegarme, cuando lo digo.
Retiro el mandato sangrante,
aíslo de uno en cien los clavos que roblan conciencias.
Digo hombre.
Observo la punta de los cactus,
los pinches del rosal,
la sangre del dedo pulgar
que me señala
cuando digo mujer
qué has hecho con tu vida.
Vuelvo al inicio,
digo Dios.
Más tarde, Judas.
Hombre digo,
creación, pecado, milagro: y anuncio la conciencia.
© Lidia Vinciguerra
7 comentarios:
Así de imperfectos, así de humanos en el milagro!
Besosss
Intenso y sugerente
Lidia. Qué fuerza tiene este poema!
Ese excwlente uso anafórico que va creciendo..con el Digo...Dios... Judas... Hombre... Mujer... laa imágenes que llegan intensas invitando a la reflexion desde la autoreflexión de la poeta... el cierre que es apertura respecto del alumbrar la Conciencia...
BELLO Y HONDO EXISTENCIALMENTE.
ABRAZO POETA.Cecilia Glanzmann
Lidia. Qué fuerza tiene este poema!
Ese excwlente uso anafórico que va creciendo..con el Digo...Dios... Judas... Hombre... Mujer... laa imágenes que llegan intensas invitando a la reflexion desde la autoreflexión de la poeta... el cierre que es apertura respecto del alumbrar la Conciencia...
BELLO Y HONDO EXISTENCIALMENTE.
ABRAZO POETA.Cecilia Glanzmann
Escribí un comentario pero desde mi celular hoy. Confío en que halla lkegado Gus. Cecilia Glanzmann
Buena poesía como siempre. De enorme espiritualidad e introspección.
Susana Giraudo
Poema cíclico que deja pensando...Gracias
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