Poema de Daniel Baruc Espinal Rivera
P R I M E R C Á N T
I C O D E P R O S E R P I N A
Afuera llueve, asfalto: luz mojada.
Agónica sombra en la mirada.
Música de espadas y alfileres.
Y la lluvia duele muy adentro cuando cae.
Fruición de carnes como palmeras.
Dormición de nieve.
Alerta siempre el fuego en el abismo.
Uno mismo es un bosque y no lo sabe.
Talar es el oficio perpetuo de la muerte.
© Daniel Baruc Espinal Rivera
2 comentarios:
Y esa taladura que es la circularidad de la vida.
!Bello!
Besosss
Esa bendita perpetuidad que asimismo hace rebrotar señores poemas clásicos en voces actuales...
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