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8/12/17

Poema de Jorge L. Carranza


Después no tanto

Ya puede verse 
la orilla del día. 
Fue una noche larga. 
A veces pesa tenerse 
para qué negarlo. 
Reviso la herida. 
Sigue drenando. 
La saludo con una reverencia  
como un discípulo 
saluda a su maestro. 
Arrancó el motor del mundo 
su musiquita. 
Afuera, ya se sabe, 
está  el lobo del hombre y su manada. 
Afuera también la buena gente , la gente buena. 
Dos pasos  y estaré en la calle. 
La piedra en el zapato 
dolerá un trecho. 
Después no tanto.



© Jorge L. Carranza

2 comentarios:

  1. Complejo el arte de expresar "sencillamente" la indescriptible dimensión de los espacios y gestos cotidianos. Muy bueno.

    Claudio Simiz

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