arrugas en su frente
perpetúa el ojo en la cara del que puede
la vieja de la cuadra
que el viento no llevó
tardecita soleada
de silla en la vereda
glicina perfumada con olor a ya fue
la vieja se deshace en atención al vecino
escucha a gardel en la oreja derecha
y canta la amargura
entre dientes que clavan los olvidos
masculla su nombre
por hombres del pasado
la juventud vencida
y arrugas en su frente
la vieja de la cuadra
que en un pañuelo
guarda una lágrima
que nunca abandonó
© Graciela Licciardi
David Sorbille dijo...
ResponderEliminarExcelente poema, querida Grace! Un abrazo