13/12/17

Poema de Claudia Tejeda


Origami

Hoy plegando barcos, grullas, avioncitos
el papel de diario
se empecinó en un triángulo de la memoria
y se anunció birrete
en los dobleces opuestos.
Una hilera de pintores de brocha gorda
         desfiló en la habitación
y un arroyo de cal salpicó los poros
de una pared que no respira.
Y el hombre de los meñiques
cerrados para siempre
me guiñó un ojo
              en el ojo de mi nieto.


© Claudia Tejeda

11 comentarios:

Blogger Marta Raquel Zabaleta ha dicho...

Precioso.

13 de diciembre de 2017, 19:36  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Me encantó, tiene todo lo que debe tener un poema breve... uno de ésos que uno quisiera haber escrito.

Claudio Simiz

14 de diciembre de 2017, 23:32  
Blogger Mónica Angelino ha dicho...

Me encantó! Y el cierre, excelente!

Besosssssssss

15 de diciembre de 2017, 13:05  
Blogger Josefina Fischer ha dicho...

Belleza en su estado puro. Gracias por el poema Claudia! La sutileza en su brevedad queda en la memoria poética..
Abrazo

15 de diciembre de 2017, 13:26  
Anonymous Anónimo ha dicho...



¡Bellísimo poema, Claudia! Los pliegues, los recuerdos, los birretes de los pintores y se me agolpó toda mi infancia en los ojos.

Un abrazo grande,

Alicia Márquez

16 de diciembre de 2017, 22:09  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Hola Claudia:¡Cuánta ternura en este barquito!El "triángulo de la memoria" nos lleva por un viaje que va desde el birrete del pintor al guiño del nieto en un abracadabra. Maravilloso Irene Marks

17 de diciembre de 2017, 10:12  
Blogger Fabiana León ha dicho...

Precioso, Clau!! Abrazo.

17 de diciembre de 2017, 17:59  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Belleza y ternura. Me encantó!!
Un beso
Juany Rojas

17 de diciembre de 2017, 18:01  
Anonymous betty badaui ha dicho...

Esto es precioso.
Es tan necesario hallar la ternura que brota y se expande.
Un abrazo
Betty

22 de diciembre de 2017, 0:08  
Blogger Unknown ha dicho...

Bello

24 de diciembre de 2017, 5:42  
Blogger Ana Romano ha dicho...

Muy buen poema donde la ternura nos acaricia el alma.
Un abrazo Ana Romano.

3 de enero de 2018, 16:53  

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