Poema de Daniel Tomás Quintana
DESESPERANZA
Uno se despierta,
sale a la calle,
saluda a los vecinos,
va al trabajo, desayuna,
fuma, tose, escupe,
mira el mundo,
lee en el diario
las noticias de siempre:
fútbol, horóscopos,
mentiras de toda laya,
fraudes variopintos
y otras tropelías.
La vida se repite.
Sin embargo,
un vendaval
hace un bollo la rutina.
Un niño ahogado
en una playa,
una mujer martirizada
por las bestias,
un viejo acribillado
por las balas del frío
en los umbrales,
las esquirlas del odio
en algún rincón del mundo,
las muecas del hambre
en los huesos,
las carcajadas siniestras
de las mesas fariseas
y una turbia multitud
de etcéteras
que se clavan en el alma,
en el preciso recoveco
donde uno cobija
la esperanza.
© Daniel Tomás Quintana
4 comentarios:
Excelente.
Doloroso y tan cierto...La imágen me impresionó. Saludos, Daniel!
Marta Rosa
Qué bueno ese mensaje de esperanza al final de tan condensado poema que radiografía el mundo. Abrazo!
Hola Daniel, la contaminación de los sentimientos nos impide vivir humanamente pero a ese lugarcito que dejás para la esperanza tenemos que aferrarnos con los aportes de buena vida, muy bueno tu poema.
Un abrazo.
Betty
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