FERVOR
Ella era un arrebato de noche.
Él un potro de luz surcando el caos.
En el recodo amarillento del alba
el sol polinizaba
un
funeral de estrellas.
Las barbas rubias del día
deshacían en mieles las negruras.
Ella apoyó la espalda
sobre el tiempo.
Esperó en silencio.
Clavó las uñas en la piedra.
Cuando el fervor trepó los alaridos
una hebra seminal
fecundó los azules.
Ella regresó sobre la huella del sol
amamantando pájaros.
© Marta Elena Guzmán
Poesía, pura poesía!! Bellísimo poema.
ResponderEliminarAbrazo
Elisabet
¿ por qué al leerlo se me representa tu propia persona y la de reynaldo? las cosas que produce la poesía!! qué buen trabajo querida marta!! abracitos. susana zazzetti.
ResponderEliminarHermosa historia iluminada por las imágenes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Betty
HERMOSO POEMA, SIN TRABAS DE NINGÚN TIPO. un abrazo Isabel Llorca Bosco
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