LO PODEROSO DE LA VOZ
¡Señor!, en el murmullo lejano de los mares
oí
de tus palabras la augusta majestad.
Abigaíl Lozano, (1821-1866).
Poeta, periodista y político venezolano
algunas noches corriendo por el parque
el rocío sobre la lengua de mi sueño
dejó caer su gota de frescura
la sombra de mi voz frenaba y se volvía
al margen
como el verso
iba tomando forma a cada escalofrío
al llegar al borde más nocturno de la arboleda
toda estremecimiento
quedé
inmovilizada
admirando y padeciendo la voz del mar
sentí algo del poder de lo sagrado
con el eco de la zarza marina
quise descalzarme
aunque estaba descalza
© Isabel Llorca Bosco
Imagen enviada por la autora del poema
Imagen enviada por la autora del poema
Hola Isabel: ¡qué maravilla!¡"el rocío sobre la lengua de mi sueño"!"el borde más nocturno de la arboleda""admirando y padeciendo la voz del mar""quise descalzarme aunque estaba descalza". Como hablás del "poder de lo sagrado", veo en vos una gran percepción de la energía del cosmos y a la vez un misticismo que habla del viaje del alma en busca de Dios, como el de San Juan de la Cruz. Lo disfruté mucho Irene Marks
ResponderEliminarIsabel, hermoso poema, me recorre un maravilloso escalofrío de dicha ante el poema.
ResponderEliminarAbrazo!!
Isabel, tu poema describe muy bien esa epifanía, como la de la zarza ardiente. Gracias por compartirla. Abrazo.
ResponderEliminarQue bello Isabel!
ResponderEliminarUn gusto leerte,
Abrazxo
Romina R Silva
Isabel! Bellísimo poema!
ResponderEliminarUn gusto llerte Isabel.Saludos. Anahi D.B.
ResponderEliminarHola Isabel, sos una gran poeta. Todo posible comentario que pueda hacer me parece pobre ante este poema que se acerca a lo sagrado en las visiones epifánicas que tienes. Felicitaciones de tu amiga Estela.
ResponderEliminarIsabel, cuánta sensibilidad para poder sentir "algo del poder de lo sagrado". Muy hermoso poema.
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ResponderEliminarIsabel tu poema me deja la sensación fresca del mar, su estruendo y su vaivén. Eso que se retrae dentro como el ritmo de un verso debe ser sagrado.
Un abrazo
Carmen Amato