LA EXPERIENCIA
Dicen que cuando uno
logra sumar los años que permiten
otra vista del mundo:
este mundo común y pequeñito
del recorrido diario,
uno se sabe guiar mejor que antes.
Uno evita deslices,
errores cometidos y torpezas
porque tiene el caudal de la experiencia.
Luego vienen los hijos
y se espera enseñarles las claves de la vida,
ahorrarles los tropiezos, los golpes, la ceguera.
Sólo que son distintos
afortunadamente
y cada uno maneja su propio rumbo incierto.
Los consejos no valen
las historias no sirven
nunca es bueno el ejemplo.
La experiencia
no nos sirve de nada.
© Rafael Vásquez
Cierto. Y muy buen contado en el poema. Abrazo, Inés
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ResponderEliminarMaravilloso poema que tuve la alegría de escuchar en el Salón Dorado.
Un abrazo,
Alicia Márquez
Es un tema profundo pero aún así me animo a opinar lo mismo, cada ser hace su propia experiencia, valiéndose de otras y de la vida propia, me encantó este poema y lo seguiré pendando.
ResponderEliminarUn gusto la lectura, va un abrazo
Betty
La vida es un constante suma de experiencias.
ResponderEliminarMuy bueno Un abrazo
Graciela barbero
Buen poema, Rafael. La experiencia finalmente no nos sirve de nada.
ResponderEliminaray Rafael!!! tenemos el mismo número de zapatos en algunos versos. Sé de lo que hablás.
ResponderEliminarPrefieren hacer preguntas a los foros de la web, aprender por tutoriales, que sé yo.
A quién le dejaremos nuestras historias si no nos escuchan?
Un abrazo
Hermoso poema
Hola Rafael: poema muy sabio, porque cada hijo hace su propio camino, libre. Nuestra experiencia es útil para nosotros, pero no para ellos, y si alguien enseña a alguien, son ellos, los hijos, muchas veces nuestros maestros. Excelente Irene Marks
ResponderEliminarun poema que lleva a la reflexión con su certeza. así es, así lo experimentamos en la vida. mucha ternura y la aceptación final de un comportamient0 adecuado con los otros. dejarlos hacer. dejarlos elgir.. muy bella la imagen. muy bella. susana zazzetti.
ResponderEliminarLamentablemente en nuestra cultura las canas ganadas con los años vividos no se tienen en cuenta. En la mayoría de los casos, los jóvenes no escuchan a los viejos y pasamos a molestar.
ResponderEliminarSaludos! Marta Rosa
La experiencia la cosecha cada uno, pero toda palabra influye y sigue revoloteando y puede orientar. Pero para eso no tendrían que ser jóvenes y con prejuicios de jóvenes. Muy bueno, Rafael. Abrazo Isabel Llorca Bosco
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