Antropofagia
Vivimos con un poema muerto,
cada día le comemos un pedazo:
algo que lo deshonre, su árida metáfora,
toda crueldad manifiesta.
Vivimos con ese poema
el largo de la vida,
al papel va su derrota,
al resguardo incierto la palabra,
se nos atraganta el verbo,
intenta en vano otra respiración,
otro reloj que no desmejore.
Vivimos con un poema muerto sobre la espalda,
intentamos omitir su carne
pero con el hambre vamos a su tumba,
en el fondo vomitamos tinta
es negra la sangre que elegimos.
© Daniel Quintero
Quintero, excepcional poema, encontré en tus letras lo que siento actualmente.
ResponderEliminarAbrazo
Elisabet
Bien Daniel, aquí vas con tu cargamento de vida. A veces parecerá de muerte, de muerto vivo, cuando arrecian los vendavales de adentro de afuera cuando atacan los perros de la mala suerte. pero mientras haya poema, hay vida aunque se escriba con tinta negra.
ResponderEliminarclelia
El poema muerto es el no escrito: su carga de imposible nos persigue. Gracias y abrazo, Inés.
ResponderEliminarUróboros de tinta poemas desauciados...qué decir?
ResponderEliminarexcelente