CUPIDO HABLANDO DEL MINOTAURO
Lo vi trastabillar
con todos los venablos
que alcancé a dispararle.
Dos o tres veces creí que se caía.
Pero el Minotauro
estaba inmunizado.
Antes de conocer las pulsiones
que lo llevaban
a matar para vivir
había abrevado en el amor,
ese amor que lo volvió
de monstruo mitológico
a tierno animal doméstico
deshojando margaritas.
© Patricio Emilio Torne
bellísima comparación, muy bueno ese final domesticado. susana zazzetti.
ResponderEliminarQUÉ BUENO!!
ResponderEliminarAbrazo
Elisabet
gracias por la publicación, y muchas gracias por las lecturas y los comentarios.
ResponderEliminarGracias por la publicación, y muchas gracias por la lectura y comentarios.
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