RUGIDO DE AUSENCIA
Amanece
y aún es fuego la espesura de la noche.
Amanece
un sol con magia de arlequines.
Invade el ventanal
tu cabellera de sombra transparente.
Está intacto el jarrón sobre la mesa,
posado de calas esparcidas
en el rojo perfume de los cuerpos.
Amanece
un rugido de canarios.
entre la música y el sonido del viento.
La silla se hamaca sin tu ropa,
permanecen el espejo,
la mirada,
el
celeste pañuelo de la niebla.
El reloj marca la hora
en que
amanece,
la cómoda
el vidrio
la alcoba,
y mucho espacio para tu
ausencia.
© Norberto Barleand
bello poema. lo que sobrevive después de la ausencia es lo que marca la presencia. abrazos. susana zazzetti
ResponderEliminarMuy bello pero triste. La ausencia duele
ResponderEliminarUn abrazo
Graciela Barbero
"Y mucho espacio para tu ausencia" dolorosa y presente ausencia. Muy bello poema.
ResponderEliminarAbrazo
Elisabet
ResponderEliminarBello, nostálgico y doloroso.
Un abrazo,
Alicia Márquez
Se siente la ausencia y presencia de quien no está, hay belleza a raudales y una ilustración que completa la postal para retener.
ResponderEliminarUn abrazo
Betty
Heermoso y valioso poema, Norberto, lleno de imágenes plenas de música y melancolía
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ResponderEliminarHermoso poema, que deja reflexionando. Muy bueno.
Lily Chavez
Hermoso.
ResponderEliminarMuy lindo poema, Norberto! Felicitaciones.
ResponderEliminarMarta Rosa