El Seol
Baja la vista,
el Seol te espera
desnuda tu cuerpo, también tus manos;
que tu alma llegue sin vetustos días,
estrangula a los deseos erráticos
mientras avanza tu mirada sorda.
Arrójate si puedes
calcina tus manos, las mías ya lo están,
cruce por fuego
ardieron nuestros sueños,
al destino fue imposible quebrantar.
© David Rosales
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