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1/8/17

Poema de Susana M. Baquero




Sobre la ventanilla de la lancha
pegan fuerte las aguas del río.
¿Qué oleaje, o tormenta o deseo
abrirá las compuertas
de lo que pudo y no fue?
¿Qué día el cuerpo sumergido verá la luz
y con ella la extensión del delta,
los gigantes muertos,
la hilera de álamos
al costado del arroyo?
Mientras tanto, avanzo por el río
y pienso en mi destino:
ese hundirme en el suelo fangoso
con el golpe de las aguas,
saltar después a la tierra que acaricia,
respirar
y más tarde mantenerme en la superficie,
sobrevivir a la fragilidad. 

En otro rincón del paisaje
me inclino ante el río
e inauguro un rostro.
Mi imagen se refresca
en ese espejo
y soy otra que se roza
en el asombro,
cambio lo trivial
de ese vivir superfluo
para celebrar la permanencia
de estar aquí y después partir.
Lo imprevisible es un juego sagrado.

Un nuevo verosímil se desdobla
no va a dañarnos
simplemente confunde
memoria con poesía,
universos con horas,
lámparas con grillos.
Atrás quedan los ríos, los puentes,
la gota de rocío que horada la piedra.
En el devenir
enciendo fuegos
para buscar la armonía.
El ser rebalsa;
los espacios dejan huellas.


© Susana M. Baquero

8 comentarios:

  1. Bienvenida Susana a este sitio que pretende difundir a poetas contemporáneos, mes a mes serás publicada, abz, Gus.

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  2. Bellisima y poética imagen de un paisaje

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  3. El devenir y sus huellas, pura poesía...Bienvenida!

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  4. "...inauguro un rostro". Es algo hermoso para enfrentar el río. Carlos

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  5. ¡Un bello paisaje pintado con tu voz poética, Susana!
    Felicitaciones y un beso grande de bienvenida
    María Rosa León

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  6. Muy buen poema, excelente final.

    Abrazo
    Elisabet

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  7. ESos paisajes convocan la voz poética... bienvenida.

    Claudio Simiz

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  8. Muy buen poema con un final bien logrado.
    Bienvenida Ana Romano

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