¿Qué recordaremos cuando recordemos?
En Puerto Seda, el otro extremo de la ciudad,
nos sirven una fritura de pescado en un parador
tan precario como la
vida. Techos de chapa, periódicos
como mantel y el telón de un mar turquesa
que siente culpa de su hermosura.
Anoche, en el corazón del rumbeadero, dijiste sin mirarme:
"¿Y si nunca volvemos?"
Dejé a la música que responda por mí, dejé a la vida.
Afuera la luna era un hilito, una lágrima gris en una
negrura vacía.
Nos convencimos de que eso era el amor:
un brillo impiadoso y embalsamado
como una mentira,
hasta la salida del sol.
Un mundo desconocido que se vuelve irritante
cuando lo
domesticamos.
"Vives—leí una vez—vives si bailas con la voz que te
aflige."
© Paulina Vinderman
ResponderEliminarMe encantó el poema y el final...si bailas con la voz que te aflige, hermoso.
Lily Chavez
Bella postal "viviente" del pincel de una maestra como vos. Abrazo
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