Esa luna, allá arriba, tan redonda.
Sólo en una noche así era posible lo imposible.
No debió ser fácil atravesar las sombras,
burlar al tiempo y ser de nuevo.
Me abrazaba tan fuerte y feliz que el presente se borró.
Quieta, muy quieta,
cuando llegó el momento ,
ya niña,
me fui con ella.
a mi madre
© Martha Goldín
Sentido poema, me llegó mucho.
ResponderEliminarAbrazo
Elisabet
Muy lindo poema
ResponderEliminarsaludos
dulce decir en tu poema , con cariño María Luisa Márquez
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