Autorretrato
/con oreja/
Tengo la edad del hombre que no soy.
Acaricio para que haya luz,
para no sorprenderme por mandatos infieles.
Hago ruido, espanto a esos demonios
por si el recorrido del planeta profanara allí
mi inocencia.
Acaricio para hacer la luz
para que llegue con una melodía el amanecer.
Hasta el poema me reclama, me pide explicaciones,
me quita las ganas de escribir:
ya está bueno de reproches, le digo.
No sé por qué la luz
abusa de mi paciencia con tantas palabras.
Hasta el poema me encierra, me pide la renuncia
de tanto amar que no amé
justifica mi encierro
ahora ya que el tiempo no alcanza
no hay angustia a la que rendirle referencia
a que conjugación ofrendarle culto
si ya hasta el poema está dispuesto
a vaciarme el cargador y el corazón en la cabeza.
Me queda poco en que confiar
ni siquiera apostando a alguna letra
pueda torcer el rumbo
de tanta desgracia acumulada.
No me pertenezco, no me curo de mí.
Ahora exactamente tengo la edad del hombre que no soy.
Tengo el tiempo de todo lo que desee corriendo por mis
manos,
ahora mismo, este instante es infinito, es un desierto roto
que tira su paso de arena entre mis dedos y rabia.
Ya nada quedará de tanta decepción:
anécdota más, anécdota menos no altera el destino.
Mañana seré otro, otra deuda, otro incognito,
otro poeta derribado.
Ya no soy el que canta, hasta el verso me ignora,
ahora soy el tiempo inmenso que me toca.
Soy la rueda que se detuvo,
apuesto, tanto augurio, tanta diminuta geografía.
El aire me gana el verso.
Soy el cadáver que se resiste a morir.
Huele mal tanto entierro,
me delata una caricia, una sonrisa infeliz,
el beso que no di.
De amar tanto amor me riega el alma,
mañana el sol será este día, este reloj de sangre,
su pauta, su deterioro.
¿Qué va a ser de mí en la hora que no soy?
Soy un animal corrompido por el vínculo,
testigo involuntario de esta decadencia,
llevaré como amuleto atravesado en la garganta
unos de mis huesos quebrado por la poesía,
uno de esos huesos molestos
que alguna vez me tuvo en pie.
Ahora ya nada sirve
nada alcanza
nada de este paisaje iluminado.
Vuelve el viento a silbar su melodía funeraria,
inclina, limpia el mármol de la tumba que me espera,
detiene mi nombre por las dudas,
por si alguien olvidara darme enterramiento,
por si alguien recordara
no dejar mi cuerpo pudriéndose al verbo.
Ahora
me queda lo que merezco:
hago sombra en la calle
aunque no haya luz.
© Daniel Quintero
Bienvenido Daniel a este sitio que pretende difundir a poetas contemporáneos, un abz Gus...
ResponderEliminarGracias Gustavo. Abrazo
EliminarDaniel Quintero agradecido
EliminarBravísimo!!! carlos
ResponderEliminarDaniel, muy bueno. " tengo la edad del hombre que no soy"
ResponderEliminarAbrazo
Elisabet
¡Bienvenido Daniel!, excelente poema. Abrazo
ResponderEliminarTremendo Poema, no tengo palabras. Felicitaciones, Daniel,¡ Bienvenido!
ResponderEliminarQuerido Daniel,admiro profundamente su poesía.Bienvenido!
ResponderEliminarMuy bueno, felicitaciones.
ResponderEliminarAnahí Duzevich Bezoz
hago sombras en la calle aunque no haya luz, perfecta metáfora póeta felicitaciones
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ResponderEliminarBienvenido Daniel, tu poesía siempre me deja pensando, equilibrando luces y sombras. Sos un magnífico poeta.
Lily Chavez
Bienvenido, sí, Daniel Quintero, y un abrazo.
ResponderEliminarR.
www.revagliatti.com
Bienvenido, Daniel, me resultó grato leer tu poema y pensarlo en detalles.
ResponderEliminarHasta la próxima, un abrazo
Betty
Hola, Daniel!! Qué bueno leerte en este hermoso sitio, y con un poema de alto vuelo!!! Felicitaciones!!!
ResponderEliminarBienvenido y gracias por este esplendente poema
ResponderEliminarSilvia Loustau
Querido Daniel Quintero. Caricias de luz espantan demonios cuando el poema nos reclanma y nos desnuda. FELICITACIONES!! A seguir cantando, querido poeta.
ResponderEliminarOlga Ferrari
Tu poesía no pasa desapercibida, invita,exige que la lea, tu poesía sabe cómo y dónde llegar aunque no haya luz.
ResponderEliminarAbrazo!
Claudia
¡Increíble la fuerza de tu voz poética, Daniel!
ResponderEliminarFelicitaciones y un fuerte abrazo de bienvenida
María Rosa León
Está poesía. ..este autorretrato ,del hombre poema, muy bueno ,gracias!
ResponderEliminarExcelente final
ResponderEliminarSerá poesía
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