DEL RETRATO DE DORIAN GRAY
A LA BALDA DE LA CÁRCEL DE READING
Tropezar y levantarse,
sacudir el polvo de la botamanga,
mirar alrededor y desear
que sean pocos los ojos que te vieron.
El dolor vendrá después,
seguramente con esa intensidad
que te hará pensar que el ridículo
era más leve que la dolencia.
Hay lugares donde lo indigno de una reverencia
tiene la aceptación que no consigue el tropiezo.
Uno mira los huecos del desorden
y quiere llenarlos de cordura,
de buenas intenciones,
pero se hace imposible.
Deberíamos aprender a caer,
o hacer de las caídas un sistema homeostático
regulado por el placer de lo inestable.
© Patricio Emilio Torne
hermoso poema del pato
ResponderEliminarabrazos
Leandro Calle
muy bueno Patricio!!! Gracias por compartirlo!
ResponderEliminarMariana Vacs
tanta cordura nos mata. Viva este poema con el placer de lo inestable. Besos!!
ResponderEliminarImpecable. Me encantó.
ResponderEliminarMuy buen poema.
ResponderEliminarTana Pasquini-