No hubo árboles para
el fuego
por la mañana
los perros de la noche
ladraron sus raíces
y todo el gris de la nostalgia
no alcanzó a calentar los cuerpos
no estuvieron los cuerpos
incondicionales al destino
por la mañana
los perros de la noche devoraron
el último intento
tampoco hubo relojes capaces
de detener el caos
agujas como flechas
acertaron en la espesura
del olvido
tiritaron de frío
los huesos de la memoria
con éste
tu
último
poema
© Osvaldo Víctor Fernández
Poema lorquiano, impresionante, nocturno y vólatil. Felicidades.
ResponderEliminarConmovedor, escalofriante.
ResponderEliminarImágenes espectacular que hacen hermoso al poema. Muy profundo
ResponderEliminarGraciela Licciardi
Poema fantasmal con grandes metáforas.
ResponderEliminar