EL CORSO DEL AÑO 2002
Hagamos un corso, dijimos los desesperados,
los rehenes del apocalipsis,
hagamos un corso, el corso de la impotencia
y entonces, la murga,
pero el corso está prohibido, el carnaval también
y no nos importaba nada,
y entonces el corso con los vecinos desvencijados,
los vecinos que se prestaban un hueso para el caldo,
los vecinos que estaban enfermos de tristeza.
Y vinieron las lentejuelas, mirá, mirá cómo
desfilan las lentejuelas, mirá
cómo saltan los de la murga,
¿viste a Sergio, que está tan enfermo,
cómo se contorsiona?
¿Viste a la profesora de inglés
que canta tangos en el escenario como
si toda la vida?
Y algunos lloraban de risa.
Vamos, vamos con la murga, con los redoblantes
y los sombreros de copa
y los saltos desarmados
y Víctor, absolutamente borracho,
y nosotros, salvándonos,
salvándonos. Abrazados,
abrazados porque era demasiado
y porque el miedo de mañana,
y porque mejor nos reímos hoy
como salvajes.
© Alicia Márquez
Impresionante!!!
ResponderEliminarQué maravilla esta originalidad poética. ...estoy, todavía dentro de esa escena.
ResponderEliminarEnfermos de tristeza, tan de hoy, Alicia.
ResponderEliminarAbrazo
Elisabet
La risa del horror. Excelente.
ResponderEliminarUn abrazo Graciela Barbero
ResponderEliminarqué bueno, Alicia!!!! tan Bajtiniano!!!!!
Todavía tengo la sensación de dejà vu... como algo vivido que en una cruel cabriola del destino pueda repetirse, ese corso a contramano, 15 años después.
ResponderEliminarHagamos un corso !!muy bueno! Bravo! Gracias poeta 🌸🌸🌸
ResponderEliminarno renunciemos a pesar de los ladrones de felicidad
ResponderEliminarpatricia corrales
Excelente, poeta! Me encantó. Felicitaciones, Alicia!
ResponderEliminarAly Corrado Mélin