“Sobre
todo, no cometas esta falta:
no digas
que tu oído te ha engañado
o aquello
no era más que un sueño”.
Konstantinos
Petrou Kavafis
En eso que
ahí fue claro
a Mario
Castells
Recordas
Mario
que te
paseaba en una camioneta
por esas
curvas de junio
que yo
llevaba un sombrero gracioso para vos
y que nos
reíamos, erizos de sol
trillando
la ruta doce
y que
avanzamos embobados
en esa
instancia
que allí
fue verdadera
y
exageradamente revelada.
Recordas
que me convenciste de cruzar desde Corrientes al Paraguay
que acepté
cediendo mi terquedad.
Podes
recordar Mario, el olor a aceite quemado
las masitas
en la guantera
ese calor
tolerable con Los Palmeras
los pomelos
arracimados que robamos,
nuestra
simetría en relación a las pieles, a la siesta?
Florecíamos
en el bienestar de esa dimensión
sin
comprenderla aun
pero
seguramente.
¿O nada hay
de lo que soñamos Mario?
© María
Paula Alzugaray
El ejercicio de la memoria no es sin consecuencias; el poema da fe. Gracias María Paula!!
ResponderEliminarRaquel Jaduszliwer
Precioso, Paula.
ResponderEliminarDe una forma casi mágica me sentí identificada en este poema... No es la misma memoria, ni los mismos recuerdos. Es la esencia... Realmente precioso... Gracias! Un beso!
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