Poema de Isabel Llorca Bosco
MANUSCRITO
Cayó sin callarse.
Su voz es de hoja seca,
página carcomida por las lluvias
salobres, vaya a saber por qué.
Sigo con los ojos la nervadura del poema.
A veces tengo que adivinar las letras
en el papel horadado.
Y empieza mi
creación, no de la nada,
de manchas superpuestas,
algunas azul lavable, transparentes;
otras noche cerrada con estrellas oscuras.
Me dicta el eco que porto en los oídos,
que apenas lo reconozco lo descarto.
El eco, no la presencia,
de un marco de lecturas que se van,
caen los vidrios y las letras que ya no regresan.
El sólido armazón
ante mis ojos para este y otros papeles.
Pendiente está la tela que envuelve los relojes,
el sutil pensamiento, el sueño y después sí, el teclado
que suena como late mi interior.
La hoja ya no cae, se completa.
Vuelvo a pulsar los tiempos simultáneos
como si hubiera pasado el estrecho confuso de la muerte
y estuviera viva otra vez.
© Isabel Llorca Bosco
4 comentarios:
El poema habla de un proceso, muy fuerte, representado por manchas, por imágenes, metáforas de una zona de peligro de la que el poema se hace cargo y que le permite expresar a la poeta , una zona seca de amenaza y una de revitalización ( estar viva) Recorrer las nervaduras es recorrer los canales por los que la vida circula.
Muy expresivo poema, en el cual podemos advertir que lo poético, si se logra , es un instrumento privilegiado para transmitir, cuestiones trascendentes.
Muy bueno tu poema, Isabel.
Clelia Bercovich
Ay, amiga, con los años, los poetas vamos asumiendo que nuestro destino no sólo se escribe en papel y tinta, sino que estas sustancias volátiles e implacables son el destino mismo. Bellísimo.
Claudio Simiz
"PENDIENTE ESTÁ LA TELA QUE ENVUELVE LOS RELOJES" QUE BELLO POEMA!!!
Muy buen poema ISI! Las manchas azul lavable dan paso a un nuevo sueño. Felicitaciones y un beso, Dolores Pombo
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