Poema de Marita Rodríguez-Cazaux
CANTO 9
A esa
mujer,
la de los
ojos claros,
que ha
podido escapar del cisma de la guerra
aún le
tiembla el cuerpo de metralla.
Y aquella,
la de los
ojos negros,
tapiada en
la mirilla de cien velos
no
comprende el pecado ni la piedra.
Mientras,
en el burdel,
otra
muchacha,
con el
cuerpo desnudo tapa el hambre.
A pasos de
su espejo,
estiletes
de otro espejo se meten en la carne
de la niña
que soñaba ser modelo.
Más abajo,
una magra
mujer de piel oscura,
se lame uno
a uno cada golpe
en el
instante mismo en que lo hace
una magra
mujer de más arriba.
Y a esta,
que hoy me
sale por la boca,
este puzzle
de mujer que me circula,
-huérfana
de Virginia, de Sylvia, de Anne Sexton-
se le ha
dado por escribir poemas.
© Marita
Rodríguez-Cazaux
Etiquetas: Marita Rodríguez-Cazaux
6 comentarios:
Vigor total en este poema, buena textualidad y un final que se acerca con rotundez, hermoso poema, aún en sus tristezas.
Un abraz0
Betty
Qué bueno Marita !!! Gracias por compartir tanta poesía !!!
Poema de exquisita altura literaria.
Brillante Marita
QUÉ POEMA FUERTE, MARITA...IMAGENES DE UNA REALIDAD CRUDA Y CRUENTA
CON TODO MI CARIÑO
GRACIELA LICCIARDI
Fuerte, armonioso, rotundo!
Besosssssss
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio