Las corpulentas
De buenas dicen cosita linda a la tevé.
¿Pero de qué modo son fuerza?
No alcanzan a cruzar los muslos
las amolda su propia forma precipitada,
recostadas en su sueño, manejan motos
cosechadas en cuerpos ocupados de paciencia,
de bancos atardecidos.
Minga del sudor de la noche en que dormimos la piel
y ese asunto de las mechas bordadas con yuyos;
carbonatos violeta a las patas,
panorámicos pollos asfixian: pormenores para desentenderse,
comen canciones en dormitorios floridos.
El día está pesado: ojo de bife alzando el macetón.
Redondas, laboriosas sin hartura.
Cuando la abeja va a la uva es que está a punto:
paqué salir, mejor espiar de la persiana.
Probablemente no alcanzaría
con desovar goce en bailes groseros.
Paqué saltar cascada, mejor hornear esponjadas harinas
quedarse en el valle de la cama
hacer callar lechuzas, cavar potes color fiesta.
La costumbre es su estadío original.
¿De qué modo?
Las corpulentas distinguen:
cualquier campana no es quimera.
El acabamiento: sus cuerpos a los canes.
La naturaleza no reconoce geografía.
¡Qué les importa!
© María Paula Alzugaray
MARÍA PAULA ESTE POEMA SÍ QUE TIENE SU ESTADÍO OROGINAL TE FELICITO!!!
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