[La
memoria]
La
memoria es espesa e indolente,
un
resto calcinado de papel
por el
que entran y salen las cigüeñas
atadas
a las cúpulas de bronce
y al
aire en que respira su sonido,
esquirla
carcomida de latón
que
oxida con paciencia los perfiles
y
guarda delicado las palabras
Inmaculada,
hermana, amor, destrozo,
mientras
pierde los nombres y las fechas,
la
sangre a borbotones en el sur
de esa
patria lejana que no fuimos.
La
memoria es escasa y perezosa,
aguarda
con sigilo mi desdicha
y anota
lentamente los pesares,
pero
después olvida el día veintiocho
en que
la abuela fue hasta los manzanos
y se
quedó a dormir bajo su sombra,
el
ruido de la infancia, el desconcierto,
tan
alta la inocencia vegetal
de
creer que aquel beso no se ausenta,
como
tampoco el ruido de la sangre
cuando
sale del cuerpo y busca el vientre
en que
la madre fue la carnadura,
pureza
del olvido y su veneno
como
una fruta amarga y excedida.
© María
Ángeles Pérez López
María ÁNGELES, es una hermosura. Un beso Isabel Llorca Bosco
ResponderEliminarBellísimo!
ResponderEliminarQUE HERMOSO!
ResponderEliminarPrecioso!
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