El vino espejado de la vida/
se insinúa en dóciles alas/
Se oye un grotesco rumor/
ceñido a las imperfecciones de mi oído/
Se posan sobre un tabernáculo de luz/
las aves del silencio/
En íntima exuberancia/
Con las sombras que se proyectan /
en los espejos invisibles/
de la noche.
© Oscar Perdigón
¡Qué hermoso, Oscar! Visualicé la escena nocturna, como una ensoñación. Me encantó eso de las aves del silencio en el tabernáculo de luz, una imagen bella y onírica. Gracias. Un abrazo. Adriana Maggio (Dirbi)
ResponderEliminarTu poesía, siempre bella, Oscar!
ResponderEliminarBesosss