LA MAÑANA
La noche dice adiós
y se desnuda.
Cuelga su lencería de luciérnagas
y de su impenetrable terciopelo
llueven pétalos azules y violetas.
Abre sus piernas en el horizonte
y da a luz una niña.
Entre gasas brillantes,
transparentes,
menea la doncella su donosura.
Bebe diamantes
azula el mar, el cielo.
Y danza.
Convertida en gaviota,
picotea de amor
al nuevo día.
© Olga Liliana Reinoso
¡Qué hermoso canto a la noche!
ResponderEliminarCon imágenes sutiles, delicadas y sugerentes.
Me gustó mucho.
Un abrazo
Juany Rojas
Hermoso, refrescante y diáfano.
ResponderEliminarUn abrazo
Betty
Original y bellísimo tu poema, una delicia leerlo.
ResponderEliminarTe conozco personalmente y este poema "transparenta" tu luz. Abrazo grande.
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