Retorno y recurrencia
Regreso a casa por el camino del cementerio.
Un tren pasa raudo,
hiere la tarde
y va a morir donde el sol
hunde su último rayo
en un cielo azulvioleta.
La tarde es espejo de otra tarde
de remotas latitudes.
La calle, réplica de otra,
familiar y distante.
El camposanto, el mismo de otros tiempos.
Los muertos que en él reposan,
despojos de lo que fuimos.
© Margarita Drago
Bello poema.
ResponderEliminarSaludos
Anahí Duzevich Bezoz
Me impresionó lo crudo y bello a un tiempo del poema. marta comelli
ResponderEliminarLas calles y los cementerios guardan lo que somos , lo que fuimos. Muy bueno. Un abrazo
ResponderEliminarGraciela Barbero